La palabra marginalidad está en boca de muchos analistas de temas sociales hoy en día.

Cuando la oímos, inmediatamente la asociamos con pobreza o exclusión en general. Sin embargo, el concepto es más amplio que esto: la palabra “Marginalidad” etimológicamente significa “quedar en los márgenes, perder el centro.”

Desde el principio de los tiempos Dios ha fijado centros, leyes y preceptos que encuadran la vida para que la vivamos de la mejor manera posible.

Pero, así como Él, en su amor y cuidado, estableció estas normas, la raza humana pensó maneras de transgredirlas para salirse de dicho centro. Eva y Adán, comieron del fruto prohibido. Caín asesino a Abel y desde allí…y hasta la actualidad somos propensos a seguir “Nuestras propias leyes” sin tener en cuenta la Verdad de Dios. Esto explica tanta injusticia y perversión. Dios no tiene la culpa de esto.

Por el contrario ¡Dios se ocupó de esto! desde el origen, pero el ser humano buscó su propio designio.

Ninguno de nosotros puede devolver el orden mundial perdido, eso sería utópico; pero cada uno de nosotros es responsable de volver al centro en su propia vida. el Salmo 119 es un extenso poema cuyos 176 versos refuerzan la importancia de ubicarnos “En el centro de la Ley de Dios” Ninguno de ellos desperdicia la oportunidad de centrarnos, de invitarnos a tener en cuenta Sus Preceptos y de explicar los beneficios que trae a la vida de todo aquel que decide hacer eje en Sus mandamientos.

Serian imposible de describir en esta Pausa todo lo que el escritor de este Salmo exhibe de su propia experiencia al leer y meditar en la Ley de Dios constantemente. Instruye, clarifica la conciencia a la hora de tomar decisiones, corrige nuestros desvíos, nos da confianza, nos da consuelo cuando estamos desanimados y sobre todas las cosas nos revela Quién es Dios y cuál su propósito para nuestras vidas. ¡Es apasionante! ¿No es verdad? El problema es que nosotros preferimos quedar en los márgenes.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Decide poner en el centro la Ley de Dios y verás que Su Palabra no te decepciona jamás.
No te preocupes por lo que no entiendes de la Biblia, preocúpate por lo que entiendes y no cumples