Hemos aprendido que a Dios no puedes reclamarle nada, que no debes quejarte ni ponerle a prueba y sin embargo vemos que Gedeón lo hizo y lo que es más interesante es que Dios le contestó. ¿Esto quiere decir que debemos probar a Dios? No necesariamente, pienso que hay una diferencia entre tentar a Dios y pedir una prueba de su voluntad, el Nuevo Testamento habla de que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, pero si leemos todo el versículo de Romanos 12:2 con atención dice: “para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, quiero que observes la palabra “comprobéis”; cada uno de nosotros puede comprobar que la voluntad de Dios es así. Gedeón pidió una prueba porque necesitaba afirmar su corazón y Dios se la dio porque conocía la necesidad de Gedeón.

La interacción con Dios es personal, no hay patrones ni recetas; cada uno responde ante Él y Dios mismo se ocupa de cada uno en forma exclusiva, conoce tu condición y sabe cuán débil puede ser tu fe y confianza. No tengas miedo, no trates de impresionarlo, cuéntale cuáles son tus temores, tómate un café con Él y pídele que te ayude a aumentar tu fe.

¿Qué pruebas necesitas para saber que Dios está contigo? ¿Te atreves a pedirle una prueba?