Una forma de dar gloria a Dios es apartarse del mundo y otra de las cosas más difíciles es el trato con las personas extranjeras, en nuestro caso los que no son del pueblo de Dios. La forma de dar gloria a Dios no es sólo cantando y levantando las manos, sino haciendo lo correcto y lo que Dios espera de nosotros.

Entendamos al mundo como el sistema: la ideología, pensamiento y estilo de vida que gobierna sobre los hombres, pero no las personas.

Muchas veces cuando nos mezclamos con el mundo damos un testimonio pobre de lo que es realmente un hijo de Dios. Nuestra forma de hablar, nuestras relaciones personales y asociaciones hacen que la vida cristiana parezca algo irresponsable y sin temor a Dios. Obedecer y separarse del mundo hace que lleves gloria a su Nombre. Habla con Dios qué debes dejar a un lado, tómate un café con Dios.

¿Qué te está atando al mundo?