Mauda, es hoy una anciana de casi 106 años. No se sabe a ciencia cierta su edad porque no se anotaban a las niñas en el registro civil cuando ella nació.

A los doce años, quedó embarazada. En Uganda, las jóvenes vírgenes tenían un valor económico importante para la familia, debido a esto, solo era admitido el embarazo si ya se había concretado el matrimonio y cobrado la dote correspondiente a la virginidad. Mauda, rompió esta regla.

La consecuencia, era la misma que les sucedía a todas las mujeres de esa tribu: Ser abandonadas embarazadas, en la isla del castigo.

Allí sin comida ni refugio, morían en pocos días. En su relato dice: «Cuando mi familia descubrió que estaba embarazada, me pusieron en una canoa y me llevaron a la Akampene (la Isla del Castigo), cuenta Mauda Kytaragabirwe.

Me quedé allí sin comida ni agua durante cuatro noches, agrega la joven, que fue enviada a ese lugar cuando tenía sólo 12 años. Recuerdo que tenía mucha hambre y mucho frío. Y casi estaba muriendo. Al quinto día, un pescador llegó al lugar y le dijo que la llevaría a su casa. Se casaron y formaron una hermosa familia.

Fue inevitable al leer esta historia (verídica, por cierto) no asociarla con la obra de Rescate de Jesús hacia nosotros.

El pecado ha dejado a los seres humanos en “Islas de castigo”. Nuestra humanidad sufre las terribles consecuencias de una caída antropológica y espiritual desde el Edén.

Toda la perfección de la creación quedó distorsionada y alejada del ideal que tenía en los orígenes. Desde allí y hasta hoy, tú y yo quedamos fuera de alcanzar por nuestros propios medios, la identidad perdida y la Justicia de Dios.

Sufrimos en carne propia las consecuencias de nuestros pecados. Por mejor o peor ciudadano que seas, nada alcanza la medida de santidad de Dios. Pero ¿sabes?… Jesús vino para saldar esa distancia.

En la cruz pagó el precio por nuestro pecado y estableció un nuevo pacto basado en el perdón y la reconciliación. No nos dejó en el castigo, sino que nos introdujo en Su familia de fe y hermandad.

Pensamiento del día:

El perdón es una nueva fuerza que resucita a una vida nueva y a un futuro con esperanza.