Es interesante cómo podemos poner excusas para casi todo. A veces pensamos que no estamos listos o que no podemos hacer algo para Dios porque nos falta algo o porque no tenemos fuerzas, otros dicen: “me falta crecer”. Pero en realidad estamos mirando nuestros propios recursos y no el poder de Dios. El pueblo de Israel tenía todo para reconstruir el templo, pero se dedicó a adornar sus propias casas y desatendió la casa de Dios, y decía: “no ha llegado el tiempo”.

Puede que haya áreas en tu vida que no estás trabajando porque piensas que no ha llegado el tiempo, puede que sólo sea una excusa y que no estés viendo lo que Dios te ha dado y sólo miras tus recursos. Te diré dos secretos: Tus fuerzas siempre serán pocas; y Dios ya te dio todo para cumplir su obra en ti, sólo debes apropiarte de ese poder. No dejes que el tiempo y la tibieza de la comodidad de este mundo te distraigan del propósito de Dios para ti. Toma un café con Él y comienza a retomar el trabajo en tu vida.

¿En qué estás invirtiendo tus fuerzas?