La palabra acuerdo viene del latín acordaré, compuesto a la vez por otras dos: ad y cord. La primera significa asimilación, acento, aclamar y la segunda: corazón.

Si unimos todos los significados sería algo así como: Unir los corazones. Poner el acento en lo que dos corazones ligan. Atar como con una cuerda dos sentimientos o pensamientos.

Cada vez que hacemos algún acuerdo o decidimos estar de acuerdo con alguien, atamos, unimos, ligamos algo nuestro con lo del otro. ¿Interesante verdad? Todos los días, casi sin darnos cuenta, avanzamos (o retrocedemos) según las cosas y personas con las que vamos acordando.

Algunas de ellas son imperceptibles y casi impensables, pero condicionan nuestra experiencia. A lo largo de tu vida, has pactado según tus aprendizajes, según lo que te enseñaron en tu entorno familiar o tu cultura. Uniste tu corazón a creencias, a ideas y a personas.

Algunos muy positivos y sanos, pero entre ellos, algunos no tan sanos y enfermos que quizá hoy impliquen consecuencias en tu crecimiento y desarrollo

La invitación de Dios es: Vengan y estén de acuerdo conmigo. Él conoce todos esos acuerdos que tenemos en nuestra intimidad.

Sabe de nuestros pecados y quiere romper aquello que une cuerdas de esclavitud. Promete limpiar la mente, el corazón y el espíritu de lo que no está alineado a Su santidad y a Su voluntad. ¿Por qué? Porque nos ama y sabe que es lo mejor para nosotros.

Quizá intentaste de muchas maneras dejar atrás estilos de vida, enlaces amorosos que te lastimaron o costumbres destructivas con las cuales poco a poco fuiste acordando durante tu vida, pero tus intentos fracasaron y te rendiste. Ponte de acuerdo con Dios de una vez por todas.

Une la cuerda de tu vida a la vida espiritual que Dios ofrece a través de Su perdón y comienza de nuevo. Un pacto nuevo con Él y con la vida.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Estar de acuerdo con Dios te pone de acuerdo con la vida.