Una frase muy interesante de Freud dice que:” El primer deber del hombre es aprender a soportar la vida”, creo que lo que nos quiso dejar en estas escasas, pero profundas palabras, es que la vida no es tan simple, ni perfecta, ni justa, ni correcta, ni auténtica ni hermosa y llena de felicidad.

Por eso, es trabajo del ser humano “Soportarla” pero no en el sentido de la resignación sino en el orden de un integral trabajo en mente cuerpo y alma. Seguramente, esto es lo que Dios estaba promoviendo en Josué, el líder sucesor a Moisés, en los tiempos del Antiguo Testamento. Al decirle sé fuerte, sé valiente, no temas ni desmayes, estaba en cierta manera anticipándole que no sería fácil tomar territorio para poseerlo.

Vivir esa conquista implicaba trabajo y soportar con la actitud correcta.

A veces olvidamos asegurarnos que en la valija de herramientas que necesitamos para soportar la vida todos los días, “NO nos falten” coraje, esfuerzo, valentía y ánimo.

Lo más probable es que si no desarrollamos una cuota de estas virtudes, la vida se nos vuelva intolerable. Quizá alguno de ustedes percibe que su carácter es débil, inseguro o cobarde y se refugia en esta percepción equivocada; pero a la vez, lo sufre.

La admiración hacia otros más fuertes, nubla tu visión con respecto a lo que Dios mismo puede hacer en ti. ¿Sabes? Tu debilidad es la materia prima que Él necesita para darte poder para enfrentar cada día con los desafíos que traiga. La oración y comunión con Su persona, abren una dimensión de comunicación, conocimiento y seguridad que alimenta nuestra perspectiva de quiénes somos en Él. Debemos trabajar para crecer en valentía y esfuerzo.

No podremos conquistar territorios personales si la inseguridad y la duda nos acompañan en cada decisión a tomar. Su promesa es que irá delante de nosotros cumpliendo lo que prometió.

Pensamiento del día:

“El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo” Nelson Mandela.