Lo que más desea el hombre y la mujer de hoy es tiempo. Si pudiésemos comprar más tiempo para agregar a nuestras agendas repletas de compromisos, pagaríamos lo que sea. Estoy seguro que los locales expendedores de tiempo mostrarían largas filas de personas apuradas y desesperadas por adquirir, aunque sea unos minutos más, para cumplir con sus obligaciones.

Es una utopía, lo sé, pero lo deseamos ¿o no?… Entonces, como esto es un sueño, no nos queda otra que madrugar cada vez más y acostarnos cada vez más tarde, para completar ese déficit de tiempo producido por tantas demandas.

Así, afectamos nuestra salud física, mental y emocional, la salud de nuestro matrimonio, nuestra familia y nuestra vida de relación toda, ¡incluyendo la vida de relación con Dios, o vida de piedad! Ante esta realidad alarmante y trágica, Dios dice en su Palabra: «Pierden el tiempo ustedes, que se levantan temprano y se acuestan tarde para comer un pan conseguido con sufrimiento, porque Dios da a quien ama, aun mientras duerme.” Salmo 127:2

Cuando leí este texto sagrado me parecía increíble. Pensamos que aprovechamos el tiempo madrugando para dedicarnos a “nuestras cosas” cuando en realidad es a la inversa. A ver si nos entendemos. Este escrito no es una invitación a la pereza. Puedo imaginar a algunos de mis lectores cerrando este libro, acomodarse nuevamente en la camita, cobijarse bien y… ¡A seguir durmiendo! Total, Pablo me lo aconsejó… ¡Nooooo!, nada de eso.

También Jesús se levantaba muy de mañana, siendo aún muy oscuro, pero no para afanarse por conseguir el sustento con sus propias fuerzas, sino para conectarse con su Padre de donde obtenía la fuerza apara atender una agenda bastante ocupada.

El texto antes citado advierte a aquellos que nos levantamos temprano y nos acostamos tarde “para comer un pan conseguido con sufrimiento”. Observa el propósito del esfuerzo: “comer pan”, y la actitud con la que nos esforzamos: “con sufrimiento”. Así la cosa no funciona.
El hecho es que eres un ser humano y los humanos necesitan hacer cosas humanas, como el resto de las personas, y jugar y relajarse y descansar.

Pensamiento del día:

A veces, la cosa más espiritual que puedo hacer, es simplemente ¡irme a dormir! (Rick Warren)