Dijo el poeta Juan Antonio Machado: “Si la muerte pisa mi huerto ¿quién firmará que he muerto de muerte natural? ¿Cuál de todos mis amores ha de llevar las flores para mi funeral? ¿Quién me traerá crisantemos el primero de noviembre? A saber ¿Quién pondrá fin a mi diario al caer la última hoja en mi calendario?…” Estas reflexiones en prosa dejan ver a las claras una de las verdades más difíciles de aceptar para el humano.

Es el hecho de prepararnos para nuestra etapa final, la despedida de nuestra vida, los años seniles. Mucho de ello depende de lo hagamos hoy.

El texto bíblico arriba citado se aplica en exactitud a este tema. Cuando llegue el invierno de nuestros años podemos contar con reservas suficientes guardadas hoy, que todavía es verano. Pero, en labios del viejo predicador: «Cuando te llegue esa época, tus brazos perderán la fuerza; tus piernas se debilitarán y se doblarán; se te caerán los dientes y no podrás morder bien la comida; y tu visión será borrosa… Acuérdate de tu Creador antes de que te llegue esa época”.

Tal vez una sabia pregunta sea ¿cómo puedo prepararme hoy para ese mañana tan especial?… Económicamente, sí, ¿Por qué no? Así como la hormiga ahorra sus provisiones antes. Todos sabemos que es en esta etapa cuando los gastos en tratamientos médicos y “cuidados especiales” no se hacen faltar.

Por lo tanto apartar un pequeño ahorro cuando todavía se puede te proveerá de una cuenta especial para esos momentos. También físicamente, obvio. También sabemos que las “desprolijidades” en la comida, la bebida, el descanso y los ejercicios te “pasan factura” y con intereses en la tercera edad. Mentalmente. Por supuesto.

Puedes y debes ocupar tu mente y mantenerla ágil, en especial en esta etapa. Lo dejé a lo último pero es lo principal, afectivamente. Son muchos los casos de abuelos y abuelas abandonadas en geriátricos o solos en sus grandes casas vacías de amor, porque ellos mismo se encargaron, durante su vida, de espantar hijos, nietos y cónyuge con sus necios caprichos. Hoy cosechan lo que sembraron ayer. Así que comienza hoy si no deseas sufrir mañana.

Pensamiento del día:

“Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. (La Biblia)