En verdad, Dios creó al hombre y a la mujer libres para decidir lo que le conviene y lo que no le conviene. Este hecho estaba muy bien representado en el árbol prohibido en el huerto del Edén, el árbol del conocimiento del bien y del mal. Conocimiento que fue muy tentador para el ser humano, pues le ofrecía control absoluto de sus decisiones.

Pero Dios quería ser Él quien le aconsejara y le guiara a través del árbol de la vida, que no era otra cosa que el madero del Calvario y su Cristo.

Obvio que en ese lugar, la cruz, tu vida antigua muere, tus deseos se subordinan a los Suyos, tus planes son tiernamente modificados y la renuncia, la entrega y el sacrificio comienzan a ser protagonistas de tu vida. ¡Y a nadie le gusta este estilo de vida!, obvio. Por eso escogimos decidir nosotros mismos, quisimos tener libertad.

Lo que trágicamente ignoramos es que no tenemos libertad para escoger las consecuencias de esas decisiones. Sí, desde el primer momento en que Adán y Eva mordieron esa fruta, mordieron también el anzuelo del engaño de Satanás y se dieron cuenta (tarde) de sus nefastas consecuencias: Miedo, culpabilidad, vergüenza. Las típicas preguntas ¿no? “Si Dios existe ¿por qué permite las guerras, los tsunamis, la injusticia?”… Bueno, son consecuencias de nuestras tontas decisiones. No podemos cambiar el curso de estos hechos en el mundo, pero sí podemos y debemos cambiar nuestra historia, tu historia enajenada de Dios.

Necesitamos re direccionar nuestro estilo de vida de autosuficientes a dependientes. De a poco comprobaremos que los planes de Dios para nosotros nos agradarán porque son buenos y perfectos. Mayormente luchamos con Dios en encontrar, aceptar y cumplir su voluntad.

No buscamos su voluntad porque ya hemos decidido lo que nos conviene. Cometemos el mismo y antiguo error. Seguimos cayendo en la vieja trampa de aquel Edén perdido, creerle l mentira al diablo de que nosotros podemos solitos y no necesitamos de Dios. No te dejes engañar.

Pensamiento del día:

No buscamos su voluntad porque ya hemos decidido lo que nos conviene.