Un grupo de muchachos jugaba en la plaza del barrio y Pedro los lideraba. En un momento, un anciano enfermo pasó por aquella plaza. Su andar lento, sus manos deformadas su espalda encorvada. Pedro, sin dudarlo, imitó el andar cansino de aquel anciano y el resto del grupo se sumó a su espectáculo burlesco. Al atardecer, Pedro regresó a su casa y quedó pasmado al ver, frente a su vista, a ese mismo anciano hablando con su madre. Sin levantar el rostro del suelo se dirigió al interior de su vivienda, pero a los minutos el llamado de su madre le paralizó la sangre. –Pedro, ven a saludar a este hombre- El muchacho se acercó con gran vergüenza.

Aquel anciano puso su mano sobre su hombro y le dijo: Pedro, que Dios te bendiga, espero que cuando crezcas seas un gran siervo de Dios y se marchó. “Mamá, ¿Quién ese hombre?”, preguntó Pedro. “Mira hijo, cuando tú eras pequeño, estabas jugando en el lago helado y en un descuido caíste al agua. De no ser por este hombre que se zambulló y te rescató, hubieses muerto. A ti no te sucedió nada pero a él, le internaron en un hospital por congelamiento y quedó con varios músculos atrofiados por el shock. Él vino hoy a saludarte”. Pedro no lo podía creer, se lanzó al suelo llorando. -¿Pedro, qué te sucede?- preguntó su madre, “mamá, me porté muy mal con ese hombre hoy.”

Esta historia no es muy diferente a la actitud de millones de personas en todo el mundo al considerar la obra de Jesús. Como los espectadores de aquella crucifixión, hace 2000 años, también hoy se burlan y le ridiculizan. Él carga aún las marcas en su cuerpo de los horrores de la cruz que sufrió para salvarte.
Dice el profeta Isaías 57: 4: “¿De quién quieren burlarse?” ¿Cómo has tratado al Jesús estos últimos años? Aquel que dio su vida por ti, es digno de tu más alto honor, no te equivoques.

 

PENSAMIENTO DEL DÍA:

SI HOY TE RÍES DE JESÚS, MAÑANA LLORARÁS DE TI MISMO.