Hoy se habla de una sociedad consumista como la nuestra. Esto hace referencia a nuestro voraz estilo materialista consecuencia de creerle la mentira a la maquinaria propagandista acerca de necesidades más virtuales que reales por las que perdemos el sueño hasta verlas satisfechas, solo para continuar con la misma sed que teníamos antes de alcanzar dicha meta. También se nos advierte sobre la existencia de adicciones que nos flagelan. “Aquel consume drogas. Ellos consumen alcohol”, decimos. Pregunto: ¿Consume drogas o es consumido por ellas? ¿Consume alcohol o es el alcohol el que le está consumiendo los intestinos?… ¿Vivimos en verdad en una sociedad consumista o consumida?… ¿Quién consume a quién? ¿Tú consumes lo que el mundo te ofrece o el mundo consume lo que tú le ofreces?… Tu corazón, tus sueños, tu salud, tu alegría. Poco a poco. Día tras día. Desencanto tras desencanto. Vidas que padecen una muerte espiritual lenta, crónica y silenciosa. “Todos lo hacen. Nadie se cuida. A nadie afecto”. Argumentos que el “dueño temporal” de este sistema mundo presenta a sus incautas víctimas, que descubren cuando ya es tarde, sus verdaderas intenciones de muerte. Porque la paga por pecar es la muerte. No hay otro final, según la Biblia.
Somos combustibles. Este hecho es una verdad sustancial de la existencia humana. Nuestro paso por la vida es transitorio. La pregunta del millón es: ¿Te consumirás por una causa noble, en manos del que te creó, o te consumirás sin propósito alguno, acabando con tu historia hecha cenizas?… Solo en Cristo cobra valor tu existencia. Solo en Cristo la vida se vive con propósito. Satanás te consume como consumes un cigarro. Te compra, te fuma hasta quemarte la vida y, cuando ya casi no queda nada, te bota en el suelo y te pisa. Te aplasta. Te deja. En cambio, Dios te escoge, te levanta, te usa, te cautiva de tal manera con su amor que decides gastar tu vida por Su Causa, y al final de tus días concluyes que fue esa la mejor decisión de la vida, consumirse para Dios. Pero que te consumes, te consumes.
Pensamiento del día: Somos combustibles. Este hecho es una verdad sustancial de la existencia humana.