Un nadador profesional que enseñaba a los jóvenes de un colegio a nadar y saltar del trampolín. Cierta noche no podía dormir,  así que decidió ir a la piscina y nadar un poco para que el ejercicio físico le ayudara a conciliar el sueño. Resolvió no encender las luces, pues pensó: “Conozco este sitio como la palma de mi mano, y además el techo es de vidrio, puedo ver algo en la claridad de la noche”. La luz de la luna penetraba y dibujaba la silueta de su cuerpo en la pared del otro lado de la piscina. Subió al trampolín y se preparó para saltar. “Mi cuerpo y brazos dibujaban en su sombra una perfecta Cruz. No puedo explicar por qué no salte en aquel instante. No tenía presentimiento alguno de peligro. Mientras estuve mirando la figura de la cruz empecé a recordar su significado. Las palabras de un himno que había aprendido de niño llegaron  a mi mente. Ellas hablaban de los beneficios de la cruz. No puedo decir cuánto tiempo estuve en esa posición. Bajé del trampolín, anduve a lo largo de la piscina, descendí las escaleras hasta el fondo de la misma, y al tocar con mis pies el mosaico frío del fondo comprendí que el encargado había vaciado la piscina el día anterior y yo no lo sabía. De haber saltado hubiese destrozado mi cabeza contra el fondo. Estaba agradecido a Dios por su misericordia. Me arrodillé sobre los fríos azulejos y pedí al Cristo de la cruz que salvará mi alma. Aquella noche experimenté un rescate doble, en cuerpo y alma”.

Algún día sabremos de cuántas situaciones Dios nos salvó y cuántas oportunidades para el arrepentimiento tuvimos a nuestros pasos y las desaprovechamos. La Biblia dice “Hoy es el día de salvación”, y también: “¿Cómo escaparemos, nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” Aunque tú no quieras notarlo, la cruz de Jesús proyecta su sombra sobre tu vida  constantemente. Quizás sea el momento de bajar de “tu trampolín”, arrodillarte sobre el suelo y dejar que Él te salve eternamente y para siempre.

Pensamiento del día:

Jesús murió con sus brazos abiertos para que nunca dudes de cuánto te ama.