El proceso de renovación, desarrollo y fructificación de una planta no está relacionado únicamente con crecimiento de partes de nuevas, de brotes y de aumento del follaje, también incluye el deterioro de células viejas, la caída al suelo de hojas secas, y el despojarse de partes que, si bien en una etapa fueron útiles, ya no lo son ahora. Si nuestro desarrollo como individuos creados a semejanza de Dios se asemeja a una planta (y de hecho sí se asemeja), entonces no deberíamos alarmarnos cuando sentimos que debemos renunciar y despojarnos de aquellas cosas que Dios, en su amor, nos muestra que están mal o están de más. Es interesante ver las variadas maneras en las que podemos dar fruto para Dios, como pámpanos en la vid. Por ejemplo ganando a otros para Cristo, dice la Biblia en Romanos 1:13. Compartiendo lo que tenemos, Romanos 15:28; manifestando el carácter cristiano, Gálatas 5:22-25; haciendo buenas obras, col. 1:10 o alabando y dando gracias todo el tiempo, Hebreos 13:15. Pero dejé el sexto aspecto de la fructificación para corroborar lo que vengo diciendo en esta reflexión: Viviendo en santidad, Romanos 6:20-21. Sí la santidad es también considerada como un fruto, justamente porque es producto de un estado (permanecer en Cristo), más que de un esfuerzo. De lo contrario ya no sería fruto, sino obra, y lo que se manifiesta en obras no es del Espíritu sino la carne: “Manifiestas son las obras de la carne”.

Preocúpate por vivir constantemente conectado con Dios, los frutos, en todos sus  aspectos, vendrán solitos. No solamente el producir cosas buenas es síntoma de crecimiento, sino el despojarse de las malas también. A veces lo hacemos voluntariamente, otras a la fuerza, sufriendo las “tijeras de Dios”. Tranquilo, no te alarmes, eso es síntoma de que estás en el Buen Camino y que el Jardinero Eterno trabaja en ti.  De ahora en adelante, cuando mires hacia abajo y observes con nostalgia que algo se desprendió de ti, cual una hoja seca, no intentes levantarla para volverla a su lugar, estaba de más, cumplió su etapa, ya llega lo nuevo.

Pensamiento del día:

No podemos fabricar la santidad, debemos producirla.