Vivo en un conjunto habitacional donde la mayoría de los propietarios tienen sus mascotas, mayormente de raza canina que disfrutan de cierta “libertad relativa”. Gran parte del día pasan solos, encerrados en sus casas, (porque sus dueños trabajan) o en sus estrechos patios exteriores. Esperan con ansias el momento del día en que los saquen a pasear. Pero aun entonces su libertad es relativa pues deben ser paseados sujetados a una correa, esas son las reglamentaciones del condominio. Así que, ya sea por una reja del patio, por una pared de la casa, o por una correa atada a su cuello, siempre están sometidos y reprimidos. A veces se escapan, pues sus dueños, en un descuido, dejaron alguna puerta de la casa abierta. ¿Sabés lo que hacen estas mascotas al darse cuenta que pueden disfrutar de verdadera libertad?… Corren, corren, corren y no dejan de correr. Por una vez pueden sentirse libres de verdad, usar sus potenciales al máximo, estirar y exigir sus músculos hasta la fatiga extrema, saltar, alcanzar velocidades que ni ellos mismos conocían. Al regresar a sus casas, (arrastrados por sus dueños que salieron en su búsqueda), llegan exhaustos, con su lengua afuera, sedientos, porque corrieron en media hora lo que no pudieron correr quizás en todo un año. Pero felices, felices de haberse sentido libres de verdad.

De alguna manera es lo que sucede con todo hombre y toda mujer que no ha experimentado la verdadera libertad en Jesús. Sobreviven con dosis de independencia relativa y temporal sabiendo que todo tiene un final. Hijos reprimidos por sus padres huyen de sus casas y viven en media hora o en una noche de placer lo que no han tenido en un año. Esposos cansados de serles fieles a sus esposas,  esperan poder vivir su “aventura amorosa” lejos del control de los horarios de su hogar. Es una evidencia de la esclavitud que llevan dentro. Esclavitud de la que solo Dios y su Palabra pueden librar. Entonces aprenderás a vivir con límites pero libre, pues vivir sin límites es vivir encadenado al libertinaje.

Pensamiento del día:

Vivir sin límites es vivir encadenado al libertinaje.