Una antigua escena bíblica, suscitada en la humilde aldea de Betania, nos deja una lección de vida totalmente  actualizada. En aquella oportunidad, tres hermanos ofrecieron una comida en honor a Jesús. Lázaro debatía con los demás hombres temas de vida junto al Maestro, María escuchaba atentamente sentada de lejos (como era de costumbre en aquella cultura oriental con las mujeres), y Marta, la tercera hermana servía afanadamente en los quehaceres domésticos. Fue tal la cantidad de tareas que ella estaba intentando atender que llegó a estar turbada en su ánimo. Le increpó al mismo Señor que, según ella, no estaba dándose cuenta que estaba sumida sola en sus tareas y a nadie le importaba. “Muchas cosas”, es la frase clave para interpretar este relato en el evangelio según San Juan. Debemos reconocer que estamos bombardeados de activismo y Dios aconseja en Su Palabra a concentrarnos sólo en una cosa. Es que somos renuentes a parar. Nos transformamos de seres humanos a “quehaceres humanos”. Tarde, nos damos cuenta que “el que mucho abarca poco aprieta”. Pensamos que si dejamos de “hacer cosas” somos menos. Pensamos que otros dirán que soy flojo, que algo no anda bien con migo… ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo parar? Al fin y al cabo el texto sagrado lleno de sabiduría nos recuerda que, aunque pensemos que nada sucede en la inactividad, el pararse a un lado del camino y hacer “una pausa en tu vida” produce en tu interior nuevas fuerzas, una nueva dimensión de la voluntad de Dios para tu vida. Dios te va a “enchufar” a la pared, y quedarás detenido en tu andar como un celular sin baterías. Pensarás que pierdes tiempo, pero aunque no lo notes, algo está pasando en tu interior. Vivimos en el siglo de lo instantáneo. Nadie quiere esperar. Si podríamos comprar más tiempo y alargar el día a 25 horas o más seríamos felices. Por andar apurados nos equivocamos casi siempre. Que el final de nuestros días nos encuentre haciendo solamente lo necesario.

Pensamiento del día:

Seamos como un sello postal que se pega a una sola cosa hasta llegar a su destino.