El abandono de prácticas excesivamente autoritarias no debe desembocar en una permisividad contraproducente para padres e hijos. Una de las grandes dudas de padres y madres en la educación y socialización de sus hijos es referente a los límites que deben imponerles en sus actitudes y comportamientos. ¿Cuándo hay que recriminar, advertir o castigar a un niño? ¿En qué momento el ejercicio de la autoridad pasa de lo necesario a lo abusivo? ¿Cómo podemos guiar a nuestros hijos sin generar tensiones innecesarias? Las preguntas se amontonan y no siempre se encuentran las respuestas. Un primer paso para afrontar estas dificultades es tomar conciencia de que no es beneficioso, para pequeños ni para adultos, proteger y excusar los valores erróneos de nuestro sistema reproducido en las actitudes de nuestros hijos. Las consecuencias de la permisividad total y la sobre protección pueden ser muy negativas. Muchos investigadores aseguran que la experiencia familiar de los actuales progenitores ha influido en forma notable ya que los padres de hoy han sido a su vez criados en hogares con rígida disciplina y por lo tanto han intentado aliviarles a sus hijos la carga que ellos sufrieron yéndose al otro extremo. Son necesarios los límites y deben estar orientados al comportamiento del niño pero no a la expresión de sus emociones y sentimientos. Se le puede exigir que no haga algo pero no se le debe prohibir que se ría o que llore. ¿Por qué nos cuesta poner límite a nuestros hijos? 1) Por debilidad, porque no nos sentimos suficientemente fuertes para confrontarlos. 2) Por culpa, queremos compensar el poco tiempo que pasamos con ellos. 3) Por necesidad de sentirnos aceptados por ellos, porque tenemos un bajo concepto de nosotros mismos. 4) Por falta de comunicación entre los padres que no se ponen de acuerdo ni siquiera al momento de disciplinar. Todo esto evidencia la urgente necesidad de instrucción en hijos y en padres para saber cómo criarlos. Busca ayuda en Dios y lee el Manual para la familia que es la Palabra de Dios

PENSAMIENTO DEL DIA:

Las consecuencias de la permisividad total y la sobre protección pueden ser muy negativas.