Tú, como personalidad, no estás en competencia con otra persona por sencilla razón de que no hay otra como tú en  toda la tierra. ¡Eres único! Cuando Dios te hizo rompió el molde. Nunca podrás ser otra persona ni jamás otra persona podrá ser como tú. Desear ser diferente a como somos es un insulto a Dios, es dudar de su amor y sabiduría. La mayor frustración en la vida es tratar de ser alguien que Dios no tuvo la intención que fuéramos. Si estamos insatisfechos con el proyecto de Dios para nuestras vidas nos paralizaremos con sentimientos de inferioridad. No somos inferiores, somos individuales, distintos y únicos. Todo intento de ser lo que no somos está condenado al fracaso. Claro que podemos y debemos imitar las virtudes de otras personas, pero debemos decir: “Por la gracia de Dios soy lo que soy.” Somos un diseño exclusivo de Dios y debemos utilizar lo que somos y tenemos al máximo  para la gloria de Dios. Hay muchas cosas que no podremos hacer, pero también hay otras cosas que sí podemos y otros no. El solo hecho de pensar en nuestra individualidad nos debería emocionar. Genéticamente únicos. Único en huellas dactilares. Único en el iris de tus ojos. Único en tu ritmo cardíaco. Único en tu tipo específico de sangre. Único en tu mapa cromosómico. Único en tu tono de voz. ¿No es esto increíble? Es asombroso. Pero mucho más asombroso es pensar que tienes un Plan único diseñado para ti. Desde antes de disponerse a planear el universo, Dios se tomó tiempo para diseñar tu vida, tus obras, trazó tu ruta de existencia. En descubrir esa ruta está la verdadera realización de tu vida. Porque allí y sólo allí comprenderás esas individualidades que quizás hoy te preocupan. En íntima comunión con tu Creador pregúntale lo que no comprendes y no aceptas. Deja que Él, tiernamente, te explique, te muestre, te enseñe. Poco a poco tu vida cobrará sentido y dejarás de vivir para ti sólo. Verás cómo puedes ayudar a otros y descubrirás la verdadera felicidad.

Pensamiento del día:

Todo intento de ser lo que no somos está condenado al fracaso.