Es interesante destacar una de las tantas disciplinas usadas por Jesús durante su ajetreada vida. Él solía apartarse periódicamente a lugares solitarios para orar, meditar y descansar. Allí radicaba uno de los secretos de la fortaleza de su vida de piedad. Él no era un ermitaño, pero le encontramos en reiteradas ocasiones a solas. Como si disfrutara de eso. Hoy nosotros vivimos rodeados de gente. Parecería que necesitamos sentirnos en compañía. Aunque veas a personas andando solas y hablando solos, notarás los auriculares en sus oídos que le hacen cierta compañía virtual para no sentirse abandonados, o el televisor encendido todo el tiempo, o las cada vez más concurridas redes sociales, que no son otra cosa que una oferta continua de compañía sub real. Pero es raro encontrar jóvenes apartados en un bosque, una montaña o una esquina solitaria. Sin embargo es allí donde descubrimos las lecciones más profundas de la vida. Por eso es que las personas de hoy en día viven una eterna adolescencia. El ritmo acelerado que el cosmos imprime les impide pensar en proyectos de vida claros y precisos. No tenemos que ser necesariamente herméticos. Alguien dijo que la soledad es un buen lugar para visitar pero no para quedarse. Es cierto, pero debes visitarlo periódicamente. Ese altar de comunión se transformará poco a poco en el secreto de tu fortaleza interior. “Mas tú cuando ores entra en tu aposento y cierra tu puerta, y ora a tu Padre que ve en lo secreto sabiendo que Él te recompensará en público”. (Mateo 6:6) Es disciplina, es poner prioridades correctas, es valorar lo esencial que mayormente es invisible a los ojos. Para poder oír a Dios debo dejar de oír a los hombres. Así como los seres celestiales en la visión del profeta Ezequiel batían sus alas tan fuertemente que no dejaban oír la voz del cielo, también nosotros dejamos de oír la voz de Dios por estar siempre en medio de un ruidoso estilo de vida. Quizás Jesús tenga que decirnos como a Martha de Betania: “Siéntate aquí a mi lado, las muchas cosas te afanan tanto que no puedes ver lo realmente necesario.”

Pensamiento del día:

La soledad es un buen lugar para visitar pero no para quedarse.