El diccionario define la palabra templanza como moderación, mesura, reserva. Una persona mesurada es aquella que sabe controlarse bajo situaciones de presión. “Es muy reservado”, decimos a veces sobre algunas personas a las que es difícil sacarle palabras o que piensan pausadamente antes de responder o de reaccionar. En verdad es de sabios la mesura y de imprudentes el apresuramiento  de labios. El libro de los Proverbios sapienciales, en la Biblia, dice en el capítulo veinte: “Hay oro y multitud de piedras preciosas, pero joya más preciosa son los labios prudentes”. Vivimos en un mundo híper apresurado. Lo puedes notar en las filas de espera impaciente, en las aceleradas carreteras, y en anuncios publicitarios donde oyes más de diez palabras por segundo. A veces pienso que Dios ve desde su cielo al ser humano y el mundo que ha desarrollado como un hormiguero que alguien pateó descuidadamente. Confusión, desorden, gente corriendo como locos de acá para allá, empujones, accidentes y estrés. De ahí las enfermedades llamadas nuevas: insomnio, neuritis, cervicalgias, jaquecas y neuralgias. Ni que hablar de la gastritis, úlceras estomacales y enfermedades cardíacas productos de tanta tensión. Ante esta vorágine es recomendable cultivar un espíritu afable, que se contente con lo necesario y mantenga temple ante la prueba. Controla tu ánimo, controla tus palabras y actitudes, controla tu mente. No comas todo lo que puedes, no gastes todo lo que tienes, no creas todo lo que oigas y no digas todo lo que sabes. En otras palabras: ahorra placeres, ahorra excesos en tus gastos, ahorra preguntas y ahorra palabras. Observa, medita, disciplínate en el arte de la reflexión a solas con Dios. Ora, lee la Biblia, escucha la voz de Dios que te rodea a cada paso y tú la ignoras. Pasarás por pruebas de fuego seguramente. Al fin y al cabo una persona templada es como un metal templado, pasó por el fuego y salió aprobado, más resistente. La Biblia compara al justo con una palmera. Esta planta es la única que queda en pie luego de que la temporada de huracanes azota la costa de Florida. Se dobla, sí, hasta el suelo, pero al final vuelve a su vertical apuntando arriba, al cielo. Hombres de temple, maduros, resistentes, son hombres de Dios.

Pensamiento del día:

No comas todo lo que puedes, no gastes todo lo que tienes, no creas todo lo que oigas y no digas todo lo que sabes.