Un jarrón se hace añicos cuando un codo descuidado lo roza; un juguete se rompe cuando un dedo joven lo presiona más allá de sus límites; una tela se desgarra cuando unas manos fuertes y enojadas tiran de ella. Se necesita tiempo para que los derrames y las roturas se limpien o se reparen, y se requiere dinero para reemplazar las cosas; pero una relación rota resulta mucho más costosa aún. La infidelidad, la desconfianza, las palabras cargadas de odio y los votos quebrantados despedazan y desgarran los delicados lazos personales y provocan heridas que no sanan fácilmente. Sin embargo, es mucho más trágico cuando se rompen las relaciones con Dios. Dios ama de una forma completa y perfecta y su amor es un amor de acción: dar, guiar y proteger. Él es completamente justo y fiel a las promesas que ha hecho, sin embargo, continuamente provocamos a este Dios amoroso, quebrantando su pacto, siguiendo a otros dioses y viviendo para nosotros mismos. Por lo tanto, la relación se rompe. Pero el rompimiento no es irreparable; no se ha perdido toda esperanza. Dios puede sanar y reparar y volver a tejer la tela. El perdón está a nuestro alcance. Y eso es gracia. En realidad, si miramos las cosas a la manera de Dios, toda relación que se ha roto entre dos personas nos es ni más ni menos que la evidencia de que ambas personas o por lo menos una de ellas ha roto primero su relación con Dios.

Es que es imposible mantener la paz entre las criaturas cuando reina la enemistad con el Creador. Apenas apareció el pecado en la tierra que se dio la primera pelea conyugal con arrojadas de culpa incluidas. Apenas apareció el pecado en el mundo y se dio la primera pelea entre hermanos con asesinato incluido. Apenas aparece el pecado en el mundo y se dan las primeras guerras entre clanes en el mundo con diluvio incluido. ¿Casualidad??? Por supuesto que no. Más bien causalidad, Sí. La misma causa de siempre, vivimos enojados y distanciados con Dios y sólo Cristo puede restablecer la comunión.

 

Pensamiento del día:

Es imposible mantener la paz entre las criaturas cuando reina la enemistad con el Creador.