Cuenta una simpática historia sub-real, que el inventor del lápiz le dijo a su promisorio invento: “Mira, mi lápiz, voy a decirte cinco cosas. Solamente cinco cosas que nunca debes olvidar:

  1. Necesitas que alguien te use, pues por sí solo no tienes valor alguno. No puedes moverte ni alzarte para escribir. Debes permitir que otro te tome en sus manos y te mueva a su antojo para que seas útil.
  2. Te vas a equivocar, y por ese motivo es que dispuse en tu extremo posterior el borrador. ¡No te desanimes! Si algún trazo no salió como estaba planeado, simplemente usa el borrador, quita lo malo, corriges y vuelves a intentarlo. Pero sabe que los fracasos llegarán.
  3. Lo realmente importante es lo que llevas dentro. Sí, en tu interior mora esa delgada mina de carboncillo que te hace tan imprescindible. Por afuera te pueden adornar con hermosos colores y delicadas madera. Pueden darte un baño de laca o barniz para que brille reluciente, pero lo realmente importante, siempre ha de ser lo que eres por dentro. Lo demás es sólo decorado.
  4. También quiero que donde pases dejes marca. No importa que no sea “Una Gran Marca”, pero siempre será mejor que nada. Que los demás noten que por ese lugar tú pasaste y dejaste algo estampado.
  5. Y en último lugar, desde ya te voy advirtiendo que, a medida que pase el tiempo y seas usado, te irás desgastando y para que sigas siendo útil y efectivo, te sacarán punta, quitarán de ti la vieja madera, lastimaran tu desgastada mina y eso te va a doler. ¡Pero no te resistas! Si deseas ser tan eficiente como el primer día. Soporta, que es para tu bien.”

A buen entendedor pocas palabras… ¿Verdad? ¿Captaste la analogía? No diferimos mucho los humanos de un lápiz. Entrégate en las manos de tu Creador. Él te usará para Su gloria y para tu realización. Escribirá en la página blanca de tu vida el más bello poema y si ya tu página no sirve, te dará una nueva para volver a empezar.

 

Pensamiento del día:

El ser humano sólo cobra valor si está en las manos de Aquel que lo ha creado.