Saturado de historias de aventuras amorosas, citas secretas y romances extramaritales, el mensaje que comunican los medios actuales es que la inmoralidad significa libertad, la perversión es natural y el compromiso es anticuado. La sexualidad, que Dios creó y declaró buena en el Edén, la han deformado y explotado, y ha llegado a ser una actividad apremiante, ilícita, casual y auto gratificante. El amor se ha convertido en lujuria, el dar en obtener y el compromiso perdurable en «ningún lazo que nos ligue». En realidad, la relación sexual, la unión física y emocional de un hombre y una mujer, debe ser un medio santo de celebrar el amor, procrear y experimentar el placer, protegidos por el compromiso del matrimonio. Dios piensa que las relaciones sexuales son importantes y las Escrituras contienen numerosos principios relacionados con la expresión sexual y advertencias contra la violación de dichos principios. Las relaciones sexuales siempre se mencionan en el contexto de una relación amorosa entre esposo y esposa. Tal vez el pasaje bíblico más importante en cuanto a esto sea Cantar de los cantares, la historia íntima de un hombre y una mujer, su amor, noviazgo y matrimonio. Es una historia conmovedora, un drama y un poema que presenta un diálogo de amor entre una sencilla doncella judía (la sulamita) y su amado (el rey Salomón). El libro describe los detalles íntimos de sus sentimientos mutuos y sus deseos de permanecer juntos. A lo largo del diálogo, las relaciones sexuales y el matrimonio se colocan en su debida perspectiva divina.

Es que el mismo Dios que creó el sexo lo reguló en Su palabra. Si me preguntas si la Biblia habla de sexo te respondo que sí, es más, ¡es el manual del sexo! El sexo a la manera de Dios, no antes ni fuera del matrimonio. Eso ya no es sexo sino pasión. No es hacer el amor es jugar con el amor, y más que con el amor es jugar con el cuerpo, con las emociones y con el corazón que queda devastado después de cada noche de pasión.

PENSAMIENTO DEL DÍA

No olvides que eres libre para decidir, pero no eres libre para escogerlas consecuencias de tus decisiones.