Suponiendo que nuestras “evolucionadas civilizaciones” sucumbieran bajo efectos de una catástrofe climática de alcance universal, o que seamos aniquilados por algún tipo de ataque extraterrestre, o simplemente que nos auto exterminemos unos contra otros dejando nuestro planeta tierra a la merced de civilizaciones futuras… No sé, sólo estoy suponiendo y jugando con la imaginación (la Biblia es clara al respecto),  ¿qué pensarían aquellos que nos sucedan al descubrir nuestras tumbas? Basados en los hallazgos de cierto material gelatinoso, transparente y que no se degrada junto a los restos ya fosilizados de nuestros cuerpos, argumentarían sus hipótesis. Tal vez dirían que esa silicona era algo de gran valor para los humanos ya que sepultaban a sus muertos con ese material con formas diferentes, en unas tumbas más, en otras menos y en algunas (tal vez los más pobres) ninguna. Nunca llegarían a descubrir que eran implantes colocados bajo sus cuerpos para resaltar algunas partes más que otras en su sed de aparentar una mejor silueta, no, nunca. Pero eso hacemos… ¿o no? ¿Quiénes son los pobres y quiénes los ricos? ¿Quiénes son los civilizados y quiénes los retrasados? ¿Quién es el libre y quién esclavo?… Estamos al revés porque hemos invertido los valores. Hoy lo terreno suplanta a lo eterno, lo del cuerpo a lo del alma, el espíritu y la mente, y el dinero ocupó el lugar del buen testimonio. ¿Eres rico, bonito y sagaz? ¡El mundo a tus pies! Eres honesto, decente, humilde y santo… ¿Qué es eso??? Estar desconforme con el diseño exclusivo para tu vida es un insulto al Creador. Eres único, única. ¿No te emociona esto?

Necesitas urgentemente redescubrir tu verdadera identidad en comunión íntima con Dios y entonces salir a la calle para enfrentarte con la vida y con tu mundo con la frente bien alta porque habrás descubierto quién eres, cuánto vales y para qué existes. No descanses hasta encontrarlo. Cuando lo logres te darás cuenta que Dios te estuvo buscando a ti desde siempre.

PENSAMIENTO DEL DÍA

El ser humano es un espíritu en un cuerpo. (No a la inversa)