La palabra felicidad evoca imágenes de regalos abiertos en Navidad, de estrechar la mano a quien ama, de recibir sorpresas en el cumpleaños, de responder con una risa incontrolable a un comediante o de disfrutar las vacaciones en un lugar exótico. Todo el mundo quiere ser feliz. Perseguimos este ideal fugaz toda nuestra vida: gastando dinero, coleccionando cosas y buscando nuevas experiencias. Pero si la felicidad depende de nuestras circunstancias, ¿qué sucede cuando los juguetes se envejecen, los seres queridos mueren, la salud se deteriora, nos roban el dinero y la fiesta se termina? Con frecuencia la felicidad se esfuma y la desesperación se hace presente. En contraste con la felicidad se levanta el gozo. El gozo es quietud, es correr con profundidad y firmeza, es la seguridad confiada en la obra y el amor de Dios en nuestras vidas, ¡que Él estará allí pese a cualquier cosa!

La felicidad depende de los acontecimientos de afuera, pero el gozo depende del estado interno de tu alma que se sabe en paz con Dios por medio de Su obra. Filipenses es la carta del gozo de Pablo. La iglesia en esa ciudad de Macedonia había sido de gran estímulo para él. Los creyentes en Filipos disfrutaban una relación muy especial con Pablo, de manera que les escribió y junto con la carta les envió una expresión personal de su amor y afecto. Le habían traído gran gozo. Filipenses es también un libro alegre porque enfatiza el verdadero gozo de la vida cristiana. El concepto de regocijarse, o el gozo, aparece unas dieciséis veces, y sus páginas irradian este mensaje positivo, que culmina en la exhortación de: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!». Es una orden a tus emociones, Sí, porque el gozo no es una emoción como nos han enseñado, sino una decisión. Es la respuesta de mi voluntad controlada por esa fuerza sobrenatural que viene del cielo. Sólo aquellos que la posean podrán “vivir felices por siempre”.

Pensamiento del día:

El mundo no puede darle órdenes a tus emociones, Dios sí, porque las regula desde adentro.