Como he dicho en otras oportunidades a muchos de nosotros el encontrar la voluntad de Dios para nuestras vidas se nos torna mayormente misterioso. Es incongruente  pensar que si nuestros inicios en esta relación espiritual fueron en la luz, el resto del camino se transite en las tinieblas. No. Si vivimos o comenzamos a vivir por el Espíritu, debemos continuar avanzando por ese mismo Espíritu. (Gálatas 5:25) Descubrir la voluntad de Dios no debería ser un acertijo o una incógnita, sino saber que, si tengo un corazón correcto, Él irá adelante enderezando mi camino. La clave del asunto está en la persona que transite el camino no en el camino que transite esa persona.  En otras palabras Dios no da claros principios de conducta “andar” y en ese estilo de vida el camino de Dios se abre a nuestro paso. Este principio es aplicable a todos aquellos que hacen lo recto ante sus ojos. Más que descubrir un proyecto especialmente armado para nosotros debemos vivir vidas transparentes que lo honren sea cual sea el ámbito en el cual nos encontremos. Esto no tiene que ver tanto con lo que hacemos sino con lo que somos. Si eres recto tu camino será recto, si eres de doble ánimo transitarás por un camino inconstante. (Santiago 1:8)

La voluntad de Dios se despliega sobre aquel que anhele vivir en santidad, sea que se encuentre en la escuela, en su casa o en el trabajo. Como resultado de ese deseo todo lo que haga será bendecido y hasta sus desaciertos, serán corregidos por el Señor. La voluntad de Dios no es un proyecto de vida desplegado ante ti, sino un estilo de vida expuesto ante Dios. El mismo Jesús dejó sus pisadas marcadas bien profundas en las arenas de la playa de este mundo como para que no puedas perderte. Además, Él te va a hacer saber si te estás apartando, para eso nos dejó  a su Espíritu dentro de nosotros para que nos guíe a toda verdad y nos indique el error.  

Pensamiento del día:

La voluntad de Dios no es un proyecto de vida desplegado ante ti, sino un estilo de vida expuesto ante Dios.