Muchas veces pensamos que el objetivo del diablo es simplemente tumbarte ignorando que esa es sólo la primera etapa de su artimaña.

Claro que te derriba por orgullo, pero luego viene la segunda etapa donde, por vergüenza, no deja que te levantes. Mira, el orgullo te aleja de Dios, la vergüenza te mantiene lejos.

El orgullo alejó al hijo pródigo de la casa de su padre, la vergüenza le hizo comer con los cerdos.

Orgullo y ambición llenaron el corazón de Judas moviéndolo a la traición, la vergüenza le impidió ir a Jesús y, equivocándose de madero, fue a aquel árbol antes que a la Cruz y se ahorcó.

Así como la Biblia habla acerca del amor de Dios, sus estrategias para alcanzar a la raza caída de Adán y cautivarla por su amor, así también sabemos que el diablo tiene maquinaciones y no las ignoramos.

Orgullo y Vergüenza. Mira, hay dos mentiras estratégicamente usadas por el diablo, pero las usa tan bien… La una te susurra al oído: “tu puedes lograrlo sólo, no necesitas tanto a Dios. Tú eres capaz” ¿Lo notaste? Orgullo. El mismo razonamiento que en el Edén la serpiente usó con Eva: Apeló a su orgullo.

¿La otra mentira?… Sí. Adivinaste, es la que apela a la vergüenza. Si la primera te dijo tú puedes lograrlo solo, esta segunda te grita: “Tu nunca podrás lograrlo.

Tú no eres capaz para esto, abandona. Dedícate a otra cosa.” Igual que al principio. ¿Qué le hizo comer del fruto prohibido a Eva? Su orgullo: el deseo de ser igual a Dios. Y ¿Qué es lo que le mantuvo junto a Adán lejos y escondidos en el bosque? su vergüenza, porque se daban cuenta que estaban desnudos.

Siempre juntas las dos hermanitas, ¿Eh? Los problemas del corazón del humano siguen siendo los mismos. La solución también. Para el orgullo, reconoce la grandeza de Dios, tu pequeñez y no discutas con Él. Para la vergüenza, sabe que Jesús la pasó antes que ti y en mayor escala en su Cruz y te comprende.

Pensamiento del día:

El orgullo te aleja de Dios, la vergüenza te impide acercarte.