El famoso Dionisio, tirano de Sicilia, condenó a muerte a un ciudadano. Muchas fueron las lágrimas y los ruegos, pero nada conmovió a aquel corazón de piedra. El reo dijo a Dionisio: “Te pido un último favor”. “Todo te concederé excepto la vida”, respondió el emperador. “Tengo una familia que queda completamente arruinada si no pongo personalmente en orden mis negocios”, suplicó el condenado. “¡Imposible!”, exclamó Dionisio. El hombre suplicó: “Escúchame bien, soy hombre que cumplo con mi palabra. Si me das 10 días, juro que antes que termine el plazo estaré acá, si encuentro un amigo que se quede en mi lugar en la prisión y responda con su cabeza por la mía en caso que no regrese” “Si encuentras alguien así, te daré 20 días”, dijo el monarca. La cosa se puso interesante cuando uno de sus mejores amigos se constituyó en prisionero voluntario.

Fueron pasando los días y todo se hallaba preparado para la ejecución, pero el verdadero reo no asomaba.

Dionisio fue a la prisión y encontró al sustituto de muy buen humor y le dijo: “Hoy es el día 20 y tu amigo se esfumó ¿Cómo es que estás de tan buen humor?, “Bueno”, respondió este hombre, “simplemente, sé que llegará a tiempo”. Dionisio lo miró lleno de asombro y admirado por su fe.

La hora de la ejecución llegó, y en el momento de bajar su hacha el verdugo, se oye una voz entre la multitud: “Esperen, esperen”. Era el verdadero reo. Se acercó a Dionisio y le dijo: “Gracias.” Abrazó a su amigo y dijo al verdugo: “Aquí está mi cabeza, córtala” “¡No!”,dijo Dionisio, “te perdono, y si hasta ahora fueron dos amigos, ahora quiero que seamos tres”.

Esta conmovedora historia muestra a las claras el valor de una verdadera amistad y el impacto que puede producir en los demás.
Jesucristo es un amigo de verdad. Él estuvo dispuesto a ofrecer su cabeza en lugar de la tuya para salvarte.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

EL VERDADERO AMOR CORRE RIESGOS.