Aquel que ha usado alguna vez en su vida un hacha, sabe lo que es trabajar intentando cortar madera si dicho hacha no está correctamente afilada. El trabajo queda por la mitad y el esfuerzo empleado es el doble. En cambio, cuando la herramienta está en óptimas condiciones, el producto final es de mejor calidad, se aplica menos fuerza, y se realiza la obra en menos tiempo. Salomón, guiado por el Espíritu Santo, presenta en la Biblia la clave del problema que acosa a millones de personas en la actualidad: “El cansancio.”

Dos cosas acaban con las fuerzas: Una es el trabajo mal enfocado. Sí. No es el excesivo trabajo lo que cansa sino el trabajo mal enfocado, ocupar mi tiempo en cosas que no me corresponden hacer a mí. La otra es usar la herramienta equivocada o la correcta, pero en malas condiciones.

Dios nos dio algunas herramientas para usar. El cuerpo es una de ellas. De ahí que, mantenerse en forma es bueno y aconsejable. Muchos de los “placeres” que encuentras en esta sociedad sensual tienen un efecto nocivo para el organismo y su uso o abuso lo deterioran progresivamente.

Tu mente también es una herramienta increíble, pero si está repleta de pornografía, rencores, y conceptos ajenos a Dios, te controlará a la larga. Recuerda que somos lo que pensamos. Tu alma y tu espíritu, en último lugar, son tus patrimonios exclusivos y también debes mantenerlos en forma, con una correcta actividad espiritual como respiración de tu ser interior. Circunstancias adversas de la vida son, muchas veces, mecanismos activados por Dios para pulirnos y afilarnos. Situaciones, personas, anhelos.

Mantente en forma, regula tus fuerzas, minimiza el cansancio y el estrés, acepta cuando Dios afila tu hacha.
Si cada cosa en la vida la encaras con la sabiduría de lo alto, la de Dios, llegarás al final de tus jornadas de pie.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

DE TANTO CORTAR ÁRBOLES NOS OLVIDAMOS DE AFILAR EL HACHA. ¡MANTENTE EN FORMA!