1 Corintios 15:29 dice: “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?” En este solo versículos se aferra el mormonismo  para afirmar que una persona se puede bautizar en agua a favor de otra o de otras personas que han muerto sin haberse bautizado en agua, de modo que estas personas muertas sin haberse bautizado en agua puedan lograr la salvación.

Bueno, esta interpretación no tiene en absoluto apoyo bíblico por dos razones fundamentales. La primera y quizá más contundente, es por cuanto la Biblia no enseña que el bautismo en agua sea requisito para la salvación. Note lo que dice Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” La salvación es un regalo de gracia que Dios ofrece a todo ser humano. El hombre no tiene que hacer ningún mérito para obtener esta salvación. El regalo gratuito de la salvación solo tiene que ser recibido, y eso se lo hace por la sola fe en Cristo Jesús como Salvador. No existe ningún requisito, además de la sola fe en el solo Cristo, para obtener la salvación. Mal puede entonces el texto en 1 Corintios 15:29 enseñar que una persona puede bautizarse para que otra que ha muerto sin bautizarse pueda lograr la salvación. La segunda es que la Biblia enseña que mientras dura la vida está vigente la oferta de salvación por gracia que Dios hace al pecador. Una vez que la persona muere, se termina para esta persona la oportunidad para recibir la salvación por gracia.

Observe lo que dice Hebreos 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” La muerte es el fin de la oportunidad de salvación para una persona. Después de la muerte, ya no existe más oportunidad de salvación. Después de la muerte, lo único que espera al incrédulo es juicio. Queda descartada entonces la posibilidad de que alguien que ha muerto sin recibir a Cristo, pueda ser salvo después de morir, por cualquier acción de esa misma persona o por cualquier acción de personas que todavía no han muerto. Bueno, ¿entonces qué mismo enseña 1 Corintios 15:29? En un esfuerzo por desenmarañar su significado, debemos tomar en cuenta que el contexto en el cual aparece este texto tiene que ver con la doctrina de la resurrección corporal de los creyentes. Algunos falsos maestros estaban proclamando en la iglesia de Corinto que no existía la resurrección corporal de los que han muerto confiando en Cristo como Salvador. En defensa de la doctrina de la resurrección corporal del creyente, el apóstol Pablo utiliza varios argumentos. Uno de esos argumentos es el que aparece en 1 Corintios 15:29.

Parece ser que lo que en esencia está diciendo Pablo es esto: Si no hubiera resurrección corporal de los creyentes que han muerto, entonces ¿Cómo se explica que algunas personas están recibiendo a Cristo como Salvador y están dispuestas a tomar el lugar que han dejado los creyentes que han muerto y lo manifiestan públicamente mediante el bautismo en agua? Nadie se arriesga por nada. Debe haber resurrección corporal de creyentes para que siempre haya nuevos convertidos para ocupar el lugar que dejan los creyentes que mueren.