El manto o el sudario de Turín es uno de los muchos objetos que la Iglesia Católico Romana considera como reliquia. Se supone que el cuerpo del Señor Jesucristo fue envuelto en aquel manto cuando fue sepultado. Para nadie debe ser desconocido que desde hace siglos existe una encendida polémica entre los que defienden la autenticidad de esta reliquia y los que no están de acuerdo con eso. Los que niegan la autenticidad del manto de Turín afirman que en determinada época del cristianismo existían por lo menos 26 mantos o sudarios que alegaban ser “auténticos” entre comillas, diseminados en toda Europa. El de Turín era justamente uno de ellos. El Santo Sudario de Turín llamó la atención del público por primera vez en 1335 cuando fue exhibido en la Iglesia de Santa María, en Lirey, Francia. El Santo sudario de Turín había sido entregado a la Iglesia por un caballero francés, Geoffroy de Charny, quien aseguraba que lo adquirió en Constantinopla. El manto en cuestión pronto comenzó a ser objeto de controversia. Un informe presentado al Papa Clemente argumentaba que la imagen que aparece en el manto era una mera pintura y que estaba siendo falsamente exhibido como una reliquia verdadera con el fin de solicitar donaciones para la Iglesia. En consecuencia, el papa Clemente declaró al manto de Turín como fraude. Otra versión dice que, el mismo Papa declaró al manto de Turín como fraude cuando descubrió al artista que pintó la imagen en el manto. También se ha argumentado que el Santo Sudario de Turín no es consistente con las costumbres funerarias de la época que claramente incluían varias telas y un pequeño trozo facial. En 1435 el manto de Turín fue adquirido por la nieta de Charny, quien finalmente lo vendió al Duque de Savoy. Los Savoy lo exhibieron durante varias décadas, alegando que era el santo sudario que había cubierto a Cristo mientras yacía en el sepulcro. En 1532 el manto de Turín fue casi destruido a causa de un incendio. El manto de Turín todavía presenta marcas de quemadura producto de este incendio. En el siglo 20, los investigadores se batieron a duelo en torno a la autenticidad del manto. En 1982, un grupo llamado a sí mismo como Proyecto de Investigación del Santo Sudario de Turín, lo declaró genuino luego de estudiar muestras recogidas de la tela con una cinta adhesiva. Sin embargo, las pruebas de radiocarbono realizadas más tarde durante en la década del 80 establecieron que la fecha aproximada del sudario se situaba en el siglo 14, indicando que la reliquia era un engaño. No obstante, los defensores del santo sudario argumentaron muchas razones para refutar la prueba de radiocarbono y así el debate se hizo más virulento y lo más probable es continúe siéndolo en el futuro. En lo que a mí respecta, no me quita el sueño saber si el manto de Turín es auténtico o no, porque mi fe no descansa en objetos o reliquias de cualquier tipo, sin importar si estas reliquias son auténticas o falsas. Mi fe descansa en el testimonio infalible de la bendita palabra de Dios. Allí encuentro que mi Salvador, el Señor Jesucristo murió en una cruz, fue sepultado y venció la muerte resucitando al tercer día, y hoy está a la diestra de su Padre en la gloria celestial ofreciendo perdón de pecados a todo aquel que en él cree.