Para dar sustento a mi respuesta, me gustaría que leamos el texto que se encuentra en Juan 15: 12-14 que dice: «Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.»


Pienso que aquí descansa la respuesta a su consulta. Estas son palabras de Cristo Jesús, nuestro ejemplo en doctrina y práctica. Estamos ante una orden de parte de él. La orden es que nos amemos unos a otros. Pero el amor del cual nos habla este texto no es una emoción. No es sentir algo lindo hacia los demás. El amor del cual nos está hablando este texto es como el amor de Cristo a los suyos. Por eso Jesús dijo: Así como yo os he amado. El amor es acción de sacrificio en favor de la persona amada. Cristo amó al pecador y consecuentemente Cristo se sacrificó por el pecador. No es que el pecador merezca ser amado. El pecador merece la muerte a causa de su pecado. El pecador es enemigo de Dios. Pero a pesar de ello, Cristo amó al pecador y dio la vida por el pecador en la cruz del calvario. Con razón Jesús dijo: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Esto es interesante.

El pecador es enemigo de Jesús, pero Jesús dice que son sus amigos. Jesús murió por ellos. Ud. dice que quiere tener el amor de Cristo para predicar su palabra sin temor. Yo le recomiendo que imite a Cristo sacrificándose por aquellos que necesitan de él. Sacrificarse por ellos significa atender no solo a sus necesidades espirituales, sino también a sus necesidades emocionales y aún físicas. Sacrificarse por ellos significa poner a ellos por sobre Ud. mismo. Que las necesidades de ellos sean más importantes que sus propias necesidades.

Que los intereses de ellos sean más importantes que sus propios intereses. Cuando mire a las personas de esta manera, tendrá el amor que tuvo Cristo para los que escuchaban su mensaje. Pero también note lo que dijo Jesús: Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. ¿Quiere saber si tiene el amor de Cristo? La manera es muy sencilla. ¿Qué está haciendo con los mandamientos de Cristo? Si los está cumpliendo, entonces tiene el amor de Cristo. Si no lo está haciendo, entonces simplemente no tiene el amor de Cristo.