Algunos confunden fe y confianza con dejadez; hay quienes se quedan sumidos en la depresión y dicen que no van a hacer nada para dejar que Dios obre y no tienen fuerzas para levantar un dedo, solamente están pintando de piedad a la grosera pereza que no les deja moverse.

Pero vivir por fe te lleva a la acción, no a hacer lo que Dios tiene que hacer sino a dar los pasos que son propios de la fe.

Ellos oraron pero también tomaron acción, hicieron lo que podían hacer, lo que no, se lo dejaron a Dios.

Si ves en la Biblia nunca habla de una fe aletargada que sólo se sienta en su mecedora; quizás estás pensando en: “Estad quietos y ved…” bueno déjame decirte que aun el hecho de quedarte quieto demanda un esfuerzo de tu parte, porque nuestra reacción humana es tratar de hacer algo, pero Dios dice confía en mí.

No confundas descansar en la voluntad de Dios con la apatía de que lo que venga me da igual.

La fe se ve en la obediencia a Dios, en confiar en su plan y seguir sus preceptos. Tómate un café con Dios y ora pero al mismo tiempo haz tu parte.

¿Oras por los desafíos que debes enfrentar?
¿Te pones en guardia y esperas firme lo que Dios va a hacer?
¿Oras o no?