Esto es interesante para mí, porque nunca me di cuenta que cuando emitimos un juicio sobre otras personas asumiendo que eso es lo que Dios dice, también estamos juzgando a Dios porque pensamos que Él tomaría una acción como la nuestra o diría las cosas que nosotros decimos.

Una vez escuché a un hombre decir a un estudiante de seminario: “tú nunca vas a servir a Dios, yo sé que Dios no te usará”,  para gozo de uno y vergüenza de otro, hoy sirvo junto a ese estudiante que dijeron que no sería útil y recuerdo con pena al que juzgo mal a Dios mismo.

A veces nos colocamos en el lugar de Dios y decimos cosas o tomamos decisiones pensado que Él haría eso, ¿no te parece que eso es juzgar a Dios mismo?.

Creo que nuestras iglesias se llenan de jueces en nombre de Dios y no en hermanos tiernos que sufren con el dolido y sobrellevan las cargas de los demás. Sólo quiero dejar en claro que esto enciende la ira de Dios.

Tómate un café con Dios y ponte de acuerdo con Él y habla lo coherente a su justicia.

¿Te han juzgado?
¿Notaste que juzgaron también a Dios?
¿Estás tomando el papel de juez?