Una vez alguien dijo: “el dinero es como el agua salada, por más que lo bebas no te sacia la sed”. El problema no es el dinero sino el amor a tal; para algunos es una obsesión, una fijación de querer tener más y más. Pero me sorprende lo que dice la Biblia al respecto y es que esto es ABSURDO. No se trata de cuánto tienes, sino del amor que tienes por él, este amor es nocivo porque una persona se vuelve egoísta y pierde el sentido de compasión aun hasta de su propia familia. Pierden la noción del tiempo y hasta de los valores morales.

Si hay una gran verdad en la vida es que aunque suene muy trillada la frase sigue siendo real: “nada te vas a llevar cuando te mueras”. Hoy hable con un hombre de unos 78 años y me contó todos sus logros en la vida, cuántos títulos obtuvo y cuánto dinero ganó su familia a lo largo de los años, y también cómo perdieron casi todo por una estafa. Y al verlo pensaba, llegó a la vejes con tanto orgullo pero con una vida vacía.

El que ama el dinero es tan pobre que sólo tiene dinero.

¿Crees que el dinero te dará la felicidad?, tus objetivos en la vida ¿en torno a qué giran?

Ama a Dios y el dinero será eso simplemente metal y papel. Busca a Dios y tómate un café con Él y tú paga la cuenta.