En Judas 4 dice el texto bíblico que algunas personas han sido, desde antes, destinadas para condenación, y he leído que Dios no quiere que ninguno se pierda, sino que todos sean salvos. ¿Cómo puedo explicar esta aparente contradicción? No puedo creer que Dios destine a alguien para perdición.

Tiene toda la razón al afirmar que la voluntad de Dios es que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9 lo dice con claridad. Preste atención a este texto: El Señor no retarda su promesa,  según algunos la tienen por tardanza,  sino que...