En primer lugar, endeudarse no necesariamente es pecado. La Biblia, por ejemplo, ordena que si se presta dinero no se debe imponer usura, esto es, no se debe cobrar un interés por encima de lo que ha sido establecido. Éxodo 22:25 dice: Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura.
Este mandato asume entonces que alguien prestó dinero y hubo alguien que recibió ese dinero en calidad de préstamo. La Biblia entonces no condena el endeudamiento. Lo que condena es que el prestamista saque provecho del deudor, cobrando un interés excesivo, es decir lo que llamamos usura. Ya que endeudarse no necesariamente es pecado, es natural que la Biblia contenga enseñanza en cuanto a la responsabilidad de un deudor. La Biblia dice que el deudor debe pagar la deuda en el tiempo establecido. Esto es lo que aparece en textos como Romanos 13:7-8 donde dice: Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Así como peca el usurero, peca también el que debiendo pagar una deuda no paga. En segundo lugar, la Biblia enciende luces amarillas, o luces de advertencia, en cuanto al endeudamiento. Aunque endeudarse no necesariamente es pecado como ya se ha señalado, sin embargo es una condición que reviste muchos riesgos que son puntualizados por la Biblia. Permítame citar algunos textos en cuanto a esto. Por ejemplo, en Proverbios 22:7 dice que el que toma prestado se hace siervo del que presta. El rico se enseñorea de los pobres,
Y el que toma prestado es siervo del que presta.
Considere lo que dice Proverbios 17:18 El hombre falto de entendimiento presta fianzas,
Y sale por fiador en presencia de su amigo.
Salir por fiador ser refiere al que avala o garantiza a alguien en un préstamo. En algunos países se le conoce como el garante. Si el deudor falla en pagar, el que salió por fiador, o el garante, es quien debe asumir la deuda. En el libro de Proverbios, Dios dice que el hombre que presta fianzas o sale por fiador es falto de entendimiento. Se trata entonces de luces de advertencia en cuando a endeudarse. El endeudamiento debería verse como algo extremo, como algo que se debe evitar lo más posible. Por eso es que la Biblia exhorta a librarse lo antes posible de las deudas. Esto es a lo que apunta Proverbios 6:1-5 donde dice: Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a un extraño,
Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios.
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de tu prójimo;
Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
No des sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados adormecimiento;
Escápate como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que arma lazos.
En esencia, así es como ve la Biblia el endeudamiento. No es pecado endeudarse, pero reviste cierto riesgo. Por eso es necesario discernir la voluntad del Señor con mucha diligencia antes de adquirir cualquier deuda.