Cuando Dios creó al hombre y a la mujer y los puso en el huerto de Edén les dio, entre otras cosas el mandamiento de multiplicarse. Note lo que dice: Génesis 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Esto implica que los hijos de Adán y Eva deben haberse casado entre ellos y más tarde el abanico de opciones debe haberse abierto para que ocurran matrimonios entre primos y sobrinos. La descendencia de estas uniones no corría ningún riesgo de problemas genéticos. La composición genética de los progenitores no tenía ninguna falencia en los albores de la humanidad. Todas estas uniones fueron aprobadas por Dios. Pero varios siglos después, tal vez miles de años, Dios determinó regular el tema del parentesco en los matrimonios. Para entonces, la composición genética del ser humano debe haberse deteriorado notablemente. El mandato aparece en Levítico 18:6. La Biblia dice: Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová.
Según este texto, Dios está prohibiendo las uniones entre parientes cercanos. ¿Cuán cercanos? Es la pregunta. Lo que sigue del pasaje muestra lo que Dios tenía en mente cuando habló de parientes cercanos.
Note. Levítico 18:7-18 dice: «La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez.
La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás. De la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, porque es la desnudez tuya. La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es.
La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad. No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.»
Note como Dios prohíbe uniones con los padres, entre hermanos, con los hijos e hijas, con los tíos, con las tías, con nietos, con los yernos, con las nueras, con los cuñados y con las cuñadas. Ciertamente que no se menciona expresamente a los primos y a las primas, pero se puede asumir que están dentro de las prohibiciones y no constan expresamente porque no existe la palabra para “primo” o “prima” en el Antiguo Testamento. Dios debe tener buenas razones para prohibir estas uniones. Dios jamás hace algo para causarnos daño. Es conocido el riesgo para la descendencia de las uniones entre primos.