Así es. La final trompeta de la cual habla 1Corintios 15:51-52 es la misma trompeta de Dios, de la cual habla 1 Tesalonicenses 4:16 y anuncian el glorioso momento cuando el Señor Jesucristo arrebatará a su iglesia. 1 Corintios 15:51-53 dice: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. El apóstol Pablo está hablando de un misterio. Un misterio, bíblicamente hablando, es algo que habiendo estado oculto en la mente de Dios, es revelado a un profeta.
El misterio es que no todos los creyentes vamos a morir, sino vamos a ser transformados. Esta transformación será instantánea, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, el instante que se oiga el sonido de la final trompeta, porque se tocará la trompeta. El sonido de trompeta convoca a la iglesia a reunirse con su Salvador. Dios utilizó sonido de trompeta para convocar a su pueblo en el pasado, cuando se manifestó en el Sinaí. La misma idea aparece en 1 Tesalonicenses 4:16-18, pero aquí no se habla de la final trompeta sino de la trompeta de Dios. Permítame leer este pasaje bíblico. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Los creyentes en Tesalónica estaban tristes pensando que sus hermanos que habían muerto, confiando en el Señor Jesucristo como su Salvador, no iban a tener parte en las bendiciones futuras cuando venga el Señor Jesucristo a buscar a su Iglesia. Pablo, el apóstol, consuela a estos creyentes haciéndoles conocer que los que estemos vivos cuando venga el Señor Jesucristo a arrebatar a su iglesia, no precederemos a los que han muerto confiando en el Señor Jesucristo como Salvador. Siendo que creemos que el Señor Jesús murió y resucitó, entonces debemos estar seguros que los que han muerto confiando en él serán traídos por Dios con Jesús. Luego Pablo hace un anuncio maravilloso. Dice que el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios descenderá del cielo. Esto es lo que el mismo apóstol Pablo calificó como la final trompeta en 1 Corintios 15:51-53. En este instante, los muertos en Cristo, es decir los creyentes, resucitarán, luego nosotros, los creyentes que estemos vivos cuando esto suceda, seremos transformados en un abrir y cerrar de ojos, y todos juntos seremos arrebatados en las nubes, para recibir al Señor en el aire. En resumen, la final trompeta de 1 Corintios 15:51-53 es la misma trompeta de Dios de 1 Tesalonicenses 4:16-18, y es la convocatoria a la iglesia de Cristo para estar junto a él para siempre, en lo que se denomina el arrebatamiento de la iglesia. Una vez que la iglesia de Cristo sea arrebatada, sobrevendrá sobre la tierra lo que se conoce como la tribulación.