Para responder a esta consulta es necesario primeramente mirar cómo ve Dios a la humanidad en general hoy en día. Note lo que la Biblia dice en 1 Corintios 10:32 “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios”
Según esto, Dios mira a la humanidad en general en tres diferentes grupos hoy en día. Los judíos, quienes son incrédulos descendientes de Abraham por el lado de la carne. Los gentiles, quienes son incrédulos que no descienden de Abraham por el lado de la carne. Por último la iglesia de Dios quienes son todos los creyentes o todos los que han recibido a Cristo como Salvador. Creyentes vivos o muertos, sin importar su ascendencia, ya sea judía o gentil. Sin importar su condición social o económica, sin importar su sexo y sin importar cualquier otra diferencia.
Sobre esto nos habla el apóstol Pablo en Gálatas 3:28 donde dice: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Cuando alguien recibe a Cristo como su Salvador y Señor y así lo confiesa al mundo, pasa a formar parte del Cuerpo de Cristo, es decir de la iglesia.
La relación de un judío creyente con Cristo es exactamente la misma de un gentil creyente. Las promesas para el uno son válidas para el otro. Las Escrituras para el uno son las mismas que las Escrituras para el otro. El destino eterno del uno es el mismo que el destino eterno del otro. Pero aparte de la Iglesia de Dios, o la iglesia de Cristo, o el cuerpo de Cristo, o simplemente iglesia. Existen esos otros dos grupos de personas, los judíos y los gentiles, y los planes de Dios no son iguales para ambos.
En la presente dispensación o en la presente forma de tratar de Dios con la humanidad, Israel como nación incrédula, ha sido dejada de lado. De esto nos habla Romanos 11:25 donde dice: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” Israel no permanecerá en esta condición para siempre, porque tan pronto se cumpla lo que la Biblia llama la plenitud de los gentiles, Dios volverá a tratar nuevamente con Israel, buscando su restauración espiritual.
Romanos 11:26-27 dice: “y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados”. La plenitud de los gentiles tendrá lugar en la tribulación, cuando el mundo será entregado al poder de Satanás por medio del Anticristo.
La tribulación es un tiempo de siete años en el cual Dios purificará a Israel, y lo preparará para el reino milenial. En este reino Cristo Jesús será el Rey de reyes y Señor de Señores. Mientras llega la plenitud de los gentiles, Dios está ofreciendo salvación en Cristo a judíos y gentiles por igual. De modo que tengan la oportunidad de ser parte de la iglesia de Cristo.
Hoy en día Dios está ocupado en edificar la iglesia de Cristo y lo estará haciendo hasta cuando la iglesia sea arrebatada. Y sobre la tierra comience la tribulación.