Demos lectura al pasaje bíblico que relata la muerte de Judas Iscariote, en Mateo 27:3-5. “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó”

Según este relato, Judas Iscariote se ahorcó, luego de arrojar en el templo las piezas de plata que recibió en calidad de pago por entregar a traición a Jesús. Con esto en mente, consideremos ahora el relato de la muerte de Judas tal cual como lo registra Lucas en el libro de Hechos.

Hechos 1:15-18 donde dice. “En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas. que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron».

Según este relato, Judas Iscariote compró un campo con el salario de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. Obviamente, los dos relatos no coinciden y eso hace pensar a muchos que existen contradicciones en la Biblia. Pero no es así. La Biblia no tiene contradicciones. Lo que sucede es que Mateo aporta con algunos detalles del suceso y Lucas aporta con otros detalles del mismo suceso.

Los relatos son complementarios, no contradictorios. Juntando las piezas, podemos contemplar el cuadro completo. Judas Iscariote se sintió mal por lo que hizo al entregar a Jesús, y trató de devolver las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos. Estos no aceptaron recibir ese dinero y con desprecio dijeron a Judas Iscariote: ¿Qué nos importa? ¡Allá tú! En su desesperación, Judas Iscariote arrojó las piezas de plata en el templo y salió.

Una vez afuera debe haberse dirigido a un campo, conocido como el campo del alfarero. Ahí encontró alguna forma de ahorcase, tal vez un árbol o algo elevado en donde atar una cuerda. Una vez que lo encontró, debe haberse colgado para morir ahorcado.

Es probable que, en estas circunstancias, la rama del árbol se haya roto si se colgó de un árbol o el nudo se haya aflojado. Pero de alguna manera cayó de cabeza al piso y se reventó por la mitad y todas sus entrañas se derramaron.

Cuando los principales sacerdotes y los ancianos supieron lo que había pasado con Judas Iscariote, pensaron que lo mejor que podían hacer con las treinta piezas de plata que eran de Judas Iscariote y que, las arrojó en el templo, era comprar el campo del alfarero. En este campo Judas Iscariote murió, lo compraron para dedicarlo a sepultura de los extranjeros.

Vistas las cosas de este modo, se desvanece cualquier aparente contradicción en cuanto a la manera como murió Judas Iscariote.