La consulta para el día de hoy es la siguiente. ¿Por qué los evangélicos guardan el primer día de la semana como día de reposo, en lugar del séptimo día, como claramente se enseña en el cuarto mandamiento de la ley que Dios dio por medio de Moisés?

Los creyentes no estamos obligados a guardar ningún día como día de reposo porque al estar en Cristo hemos quedado libres de tener que cumplir con la ley de Moisés para ser aceptados por Dios. Sin embargo, es necesario que los creyentes tengan un día en el cual puedan reunirse con otros creyentes para perseverar en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Todo esto se podría hacer en cualquier día, pero ¿Por qué se lo hace el domingo, el primer día de la semana? Son varias las razones. Número uno, y más importante, porque fue un primer día de la semana cuando resucitó el Señor Jesucristo de entre los muertos. María Magdalena fue muy temprano a la mañana del primer día de la semana a visitar el sepulcro de Jesús. Para su sorpresa, encontró que la piedra que bloqueaba la entrada del sepulcro había sido removida.

Más tarde se encontró que dentro del sepulcro no había cadáver sino solamente los lienzos puestos allí y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús. Eran las pruebas de que Jesús había resucitado de entre los muertos. Esto aconteció el primer día de la semana. Juan 20:1 dice: “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.” Es perfectamente razonable que los seguidores de Jesucristo se reúnan el día que Jesús resucitó.

Número dos, porque los primeros seguidores de Jesucristo se reunían el primer día de la semana para celebrar la cena del Señor. Hechos 20:7 dice: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir el día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” Número tres, porque el apóstol Pablo en su enseñanza sobre la ofrenda, pide que éstas se recojan el primer día de la semana. 1 Corintios 16:2 dice: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.”  Cuarto, porque la iglesia de Cristo nació en un primer día de la semana cuando descendió el Espíritu Santo sobre los discípulos del Señor Jesucristo que estaban reunidos en el aposento alto en Jerusalén, según el relato en el libro de Los Hechos.

Estos datos llevan a pensar que los primeros creyentes tenían sus reuniones cada primer día de la semana. De todo esto parte la costumbre de los creyentes de reunirse el primer día de la semana. Como notará no se trata de un cambio del día de reposo, porque los creyentes no tenemos que guardar ningún día como día de reposo, tampoco se trata de que alguna autoridad humana hubiera decidido que los creyentes se reúnan cada primer día de la semana. Es simplemente porque Jesús resucitó un primer día de la semana y porque los primeros creyentes se reunían cada primer día de la semana. Los creyentes ya no estamos bajo la ley de Moisés sino bajo la gracia y por eso no estamos obligados a cumplir ni con todo ni con parte de la ley de Moisés, como esto de guardar el séptimo día como día de reposo.