La consulta para hoy dice lo siguiente: Tengo un hijo de 12 años y es un buen muchacho, tiene buenas calificaciones en el colegio, y es aplicado, pero le gusta mucho los juegos de video y noto que se pone muy inquieto cuando no puede jugar. A la verdad, a mi parecer esos juegos no me agradan mucho, sobre todo, los de contenido violento y diálogos fuertes.

La palabra de Dios exhorta a los que somos padres a criar a nuestros hijos en disciplina y amonestación del Señor, según lo que dice Efesios 6:4. Su hijo es un buen estudiante, pero necesita entender que sus logros académicos no le dan carta blanca para abusar de los juegos electrónicos. Los juegos electrónicos pueden ser una manera sana de distracción familiar, siempre y cuando no fomenten valores contrarios a los principios bíblicos, pero si se abusa de ellos pueden volverse nocivos para los que lo practican. Es como el comer. Es bueno comer, pero si se abusa de la comida se producen problemas serios de salud como la obesidad, por ejemplo. Siendo este el caso, mi consejo es que, como padre, asuma su responsabilidad de ser quien determina lo que es bueno o malo para su hijo de doce años en cuanto a los juegos electrónicos. Tal vez su hijo, por su corta edad, no esté todavía en capacidad de discernir estas cosas. A lo mejor podría poner como regla en su casa que su hijo no puede utilizar ningún juego electrónico que usted no lo ha aprobado. Dependerá de usted que seleccione juegos electrónicos que no atenten contra los principios bíblicos.

Además de esto, será necesario que asesore a su hijo a administrar bien su tiempo. Esto le permitirá saber cuánto tiempo puede permitir que su hijo pase en los juegos electrónicos cada día. En cuanto a esto, enseñe a su hijo a invertir tiempo en la palabra del Señor y la oración cada día, preferiblemente al levantarse. Esto es lo más importante para la vida espiritual de su hijo. Después, su hijo necesita invertir tiempo en su aseo personal, vestimenta y alimentación. Después de esto, su hijo necesita invertir tiempo en sus estudios. Dentro de esto, su hijo necesitará tiempo para hacer sus tareas en casa. Es importante que su hijo aprenda también a invertir tiempo en ayudar en las tareas del hogar, como arreglar su dormitorio, su cama, lavar la vajilla de vez en cuando y cosas así. Habiendo cumplido con todo esto, el tiempo que le queda podría invertirlo en diversión, dividiendo este tiempo en los juegos electrónicos, la televisión, juegos, deporte.

Como padre, debe establecer una hora razonable para que su hijo vaya a descansar. Antes de descansar, será necesario tener un corto tiempo para orar como familia, en lo que muchos llaman el devocional familiar. Si logra implantar un modelo así de administración del tiempo para su hijo, no tendrá que preocuparse porque su hijo está abusando de los juegos electrónicos con los peligros que ello conlleva. Algo muy importante es que adopte la costumbre de amar y animar a su hijo constantemente. En la medida de sus posibilidades dedique un tiempo cada día para estar con él, conversando, jugando, mirando la televisión, participando con él en algún juego electrónico y tantas otras cosas más. De esta manera, además de padre, será un amigo de su hijo y esto creará el ambiente para que pueda criar a su hijo de la manera que instruye la palabra del Señor.