Nehemías 4:1-2 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos.
Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
Si no has pasado por un momento donde todos te atacan y critican, pronto lo harás. No es por desanimarte, pero la verdad es que en el mundo real siempre hay alguien o algunos que te van en contra y es más común de lo que parece en el ambiente cristiano. Lo cruel y ruin de la crítica no es que digan que lo que hiciste está mal o necesita mejoras, eso sería bueno si lo dijeran; lo realmente despiadado es que atacan a tus sentimientos, tu alma, te desmoralizan e intentan hacerte sentir que no eres nada. La crítica trata de acabar con tu deseo de continuar, de ofrecer sacrificios gratos a Dios. La razón es la ira, cuando alguien hace algo novedoso, la envidia o el desacuerdo produce ira y la primera acción que toman es el escarnio y atacan a tu alma.
Puede que nunca hayas pasado por el escarnio de la gente o no sabes cómo salir de ahí, lo triste realmente sería que tú seas uno de los que hacen escarnio de los demás. Cuida tu lengua y tu corazón de herir a los demás simplemente porque no te parece buena idea lo que hacen. Recuerda que Dios está juzgando sobre ambos y Él es capaz de resucitar de los montones del polvo a las piedras que fueron quemadas, yo soy un testimonio de eso. Tómate un café con Dios y habla sobre esto con Él.
¿Cómo manejas la crítica? Compártenos.
¿Te enoja que otros hagan cosas y tú no?
¿Te has sentido herido por lo que dicen de ti?