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Uno de los muchos textos en los cuales la Biblia declara enfáticamente que el pecador no puede ser perdonado de sus pecado por medio de hacer buenas obras es Efesios 2:8-9 donde dice: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;  y esto no de vosotros,  pues es don de Dios; no por obras,  para que nadie se gloríe.

Gracia significa favor no merecido. Por gracia sois salvos significa que la salvación es algo que el pecador no merece. Esta salvación se la obtiene por medio de la fe. Todo es cuestión de creer a Dios. La salvación por gracia y la fe para beneficiarse de salvación por gracia es un don o un regalo de Dios. El problema del hombre es que es pecador por naturaleza, el hombre es pecador desde el instante mismo que es concebido. Salmo 51:5 dice: He aquí,  en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.

Un ser que es pecador desde su concepción, no puede de ninguna manera aspirar a ser aceptado por Dios. Todas las obras que pueda hacer un hombre pecador por naturaleza, no son lo suficientemente buenas para que Dios premie a ese pecador con la salvación. Por eso es que, a los ojos de Dios, las buenas obras de un hombre pecador son consideradas como trapos de inmundicia. Note lo que dice Isaías 64:6  Si bien todos nosotros somos como suciedad,  y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;  y caímos todos nosotros como la hoja,  y nuestras maldades nos llevaron como viento.

La Biblia es muy franca al hablar de la esencia del hombre pecador. Es como suciedad. En estas condiciones, nuestras justicias, o nuestras mejores obras son como trapo de inmundicia. Los trapos de inmundicia son los paños que utilizaban las mujeres de aquella época durante su período menstrual. Así es como ve Dios a las buenas obras de los hombres, cuando los hombres tratan de obtener la salvación por medio de ellas. De manera que, la salvación no es el resultado de las buenas obras del hombre, como por ejemplo ser parte de alguna religión, o participar en los ritos de alguna religión, o hacer algún sacrificio en bienestar del prójimo, o abstenerse de cometer algún pecado. Sin embargo, las buenas obras tienen su lugar en la Biblia, no para obtener la salvación, sino como resultado o fruto o producto de la salvación. Es interesante notar que después de afirmar que la salvación es por gracia por medio de la fe, la Biblia dice que los que por la fe hemos recibido a Cristo como Salvador, hemos sido creado para hacer buenas obras. Permítame leer Efesios 2:10 Porque somos hechura suya,  creados en Cristo Jesús para buenas obras,  las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Los creyentes, quienes hemos recibido la salvación por gracia, por medio de la fe, aparte totalmente de las obras, somos hechura de Dios. La palabra “hechura” es la traducción de una palabra de la cual proviene nuestra palabra “poema” Los creyentes somos el poema de Dios, creados en Cristo Jesús con el propósito de hacer buenas obras. Estas buenas obras han sido preparadas de antemano por Dios para que los creyentes las hagamos. Por esto amable oyente, los creyentes no somos salvos por buenas obras sino para buenas obras.