No me creo alguien maduro o que conoce mucho de Dios porque en realidad sería una gran mentira y no tengo la intensión de que me vieran así. Conozco a hombres de Dios, llenos de sabiduría y conocimientos increíbles acerca de Dios, su persona, poder y esos temas teológicos difíciles de explicar en unos pocos minutos. Pero en algo coincidimos: “Lo que sabemos de Dios es sólo el borde de sus caminos”.
Dios es tan grande y profundo, su sabiduría es ilimitada que nuestra mente finita, limitada a tiempo y espacio no puede comprender todo acerca de Él; así que Dios se manifiesta en términos sencillos, concretos y adaptados a nuestro leguaje que podemos entender lo inentendible de Dios. No podemos alcanzar su grandeza, no podemos comprender, sólo podemos aceptarlo y creerlo por fe, justamente esto es lo que permite que nuestra relación con Él funcione; en el libro de Hebreos dice que si te acercas a Dios por fe, debes creer que existe. Sería imposible que digas que tengas fe y no creer que Él hizo el mundo y todo lo que hay. Las escuelas hoy tratan de sacar a Dios del panorama del hombre y entonces todo se vuelve un caos, no hay absolutos y las leyes son cuestionables por el relativismo, pero pienso: si crees que todo es relativo, súbete a un edificio y lánzate mientras gritas a Newton que no es verdad su ley, las leyes absolutas no se rompen por las opiniones de los hombres. Dios es el creador de todo y no puedes entender el trueno de su poder, pero sí puedes tomarte un café con Él porque quiere acercarse a ti y conversar.
¿Dudas de la existencia de Dios?
¿Te asombras ante su poder y gloria?
¿Te humillas ante Él?