Hoy por hoy hay una tendencia muy fuerte en varias líneas de pensamiento dentro de las iglesias sobre el asunto del éxito y para muchos es algo que debemos “declarar”, “invocar” y hasta en cierto modo obligar a Dios a que nos lo otorgue porque si somos sus hijos, Él debe darnos éxito, y tomamos versículos como el de Josué 1:9 tratando de aplicarlos a nuestra vida, pero la desilusión llega cuando a pesar de que hemos guardado su Palabra no nos fue como esperábamos, entonces la justificación es: te faltó fe.
Es interesante lo que dice este pasaje de Job: en primer lugar consigues el éxito porque hay luz por donde andas y, por lo tanto puedo asumir que esto viene por andar en el camino que Dios te muestra, todo lo que emprendas en su voluntad tendrá éxito, dará su fruto esperado. En segundo lugar que la actitud determina el éxito o fracaso de un proyecto, Dios resiste a los soberbios y exalta a los humildes, la presunción puede ser un gran enemigo de mis proyectos ya que Dios no los va a apoyar. Si quieres éxito debes pensar en que esto vendrá si vas conforme al plan de Dios con una actitud humilde. Ponte de acuerdo con Dios quizás tomándote un café.
¿Caminas bajo la guía y luz de Dios?
¿Pretendes que Dios te dé todo lo que le pides o apoye todo lo que haces?
¿Tienes la humildad necesaria para sujetarte al plan de Dios?