La insolencia es una forma de faltar el respeto a una autoridad ofendiéndole. Si lo piensas bien te vas a dar cuenta que mucha gente es insolente con Dios, aunque no lo verbalizan con sus actos y pensamientos dicen: “no necesito que intervengas en mis planes, yo sé lo que hago”. Con este tipo de pensamiento menosprecian la persona de Dios y no valoran los beneficios que nos da, como el poder de la oración; si piensas bien puedes vislumbrar un pensamiento diabólico en todo esto, porque el propósito de Satanás es que te alejes de Dios y vivas a la deriva.
Te animo a que consideres cómo es tu forma de ver la vida y cuánta participación le das a Dios en ella. ¿Es Él quien guía tu camino con su Espíritu o eres tú el que decide y le pides que se aleje? No pienses que podrás vivir una vida sin Dios, no te creas la mentira de que tú puedes sólo o que no lo necesitas, no le insultes, no menosprecies la oración ya que es tu gran herramienta para ir ante su trono de gracia. Tómate un café con Dios y conversa con Él, inclúyelo en cada área de tu vida, en cada proyecto, en cada momento.
¿Eres de los que dicen a Dios que se aparten de ti?
¿Dios es parte de tu vida?
¿Reconoces la importancia de la oración?