El Nuevo Testamento no indica con precisión matemática el momento que los creyentes que mueran durante la tribulación van a resucitar, pero todo hace pensar que esto sucederá al final de la tribulación, una vez que termine toda la persecución del Anticristo en contra de los creyentes, quienes rehusarán recibir su marca en sus frentes o en sus manos derechas. Una vez que resuciten estarán en la nueva Jerusalén junto a todos los redimidos, por la eternidad. De estos creyentes nos habla Apocalipsis 7:9-17 donde dice: Después de esto miré,  y he aquí una gran multitud,  la cual nadie podía contar,  de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas,  que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,  vestidos de ropas blancas,  y con palmas en las manos;  y clamaban a gran voz,  diciendo:  La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono,  y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono,  y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes;  y se postraron sobre sus rostros delante del trono,  y adoraron a Dios,  diciendo:  Amén.  La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza,  sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos.  Amén.  Entonces uno de los ancianos habló,  diciéndome:  Estos que están vestidos de ropas blancas,  ¿quiénes son,  y de dónde han venido?  Yo le dije:  Señor,  tú lo sabes.  Y él me dijo:  Estos son los que han salido de la gran tribulación,  y han lavado sus ropas,  y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios,  y le sirven día y noche en su templo;  y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.  Ya no tendrán hambre ni sed,  y el sol no caerá más sobre ellos,  ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará,  y los guiará a fuentes de aguas de vida;  y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

Note que son muchos los creyentes que van a morir durante la tribulación, pero eso no es el fin para ellos, porque en el pasaje bíblico leído se los ve delante del trono y en la presencia del Cordero. Esto significa que habrán resucitado, muy probablemente al final de la tribulación y estará junto a todos los demás creyentes morando en la Nueva Jerusalén durante el reinado milenial de Cristo.