Gracias por su consulta. Siento mucho que haya tenido esa desagradable experiencia la primera vez que ha visitado una iglesia evangélica. Es triste reconocerlo, pero no son pocas las iglesias evangélicas, en las cuales con el pretexto de estar bajo el control del Espíritu Santo los creyentes, entre comillas, realizan actos poco menos que vergonzosos que en lugar de atraer a la gente que no conoce a Cristo como Salvador, más bien la ahuyentan, como lamentablemente ha sido su caso. Me imagino que estará pensando que todas las iglesias evangélicas son así, pero quiero decirle que no, porque todavía quedan iglesias en las cuales la conducta de los creyentes se fundamenta en el testimonio de la palabra de Dios, y por ejemplo, se da mucha importancia a textos como 1 Corintios 14:40 donde dice: pero hágase todo decentemente y con orden.

Nos consulta si un creyente que está bajo el control del Espíritu Santo manifiesta esa conducta que vio en la iglesia Evangélica donde asistió por primera vez. La respuesta es absolutamente no. Un creyente controlado por el Espíritu Santo es lo mismo que un creyente lleno del Espíritu Santo, y note como es su conducta, según Efesios 5:18-21 donde dice: No os embriaguéis con vino,  en lo cual hay disolución;  antes bien sed llenos del Espíritu,  hablando entre vosotros con salmos,  con himnos y cánticos espirituales,  cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre,  en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.  Someteos unos a otros en el temor de Dios.

Un creyente lleno del Espíritu Santo, no manifiesta una conducta desordenada o sin control, sino una conducta que entre otras cosas se ajusta a lo que dice este pasaje bíblico. Primero, una vida de adoración a Dios. Segundo, una vida de agradecimiento a Dios, no sólo por las bendiciones, sino también por las pruebas, las cuales son bendiciones en disfraz. Tercero, una vida de sumisión a otros. Note que en ningún lugar aparece esa conducta desordenada que vio en la iglesia evangélica que visitó por primera vez. Pero no se desanime en su intento de acercarse a Dios. Lo que más necesita es recibir por la fe a Cristo como su personal Salvador, y una vez que lo haga, Dios mismo le guiará a una iglesia local donde se hagan las cosas decentemente y con orden, conforme a la palabra de Dios. No todas las iglesias evangélicas son como lo que vio. En una iglesia evangélica, bíblica, Cristocéntrica, con sana doctrina, no se produce el espectáculo que le ha causado temor.